“A Letter Home”, lanzado oficialmente el pasado 27 de mayo, es el trigésimo quinto disco de Neil Young. Es también el segundo álbum de covers después de “Americana” del 2012. Lo constituyen un puñado de pistas que se ajustan a los bienintencionados caprichos del genio, ceñido a la sinceridad de la interpretación por sobre la plástica celeridad de la superproducción. “A Letter Home” es un disco que prescinde de aspirar a más números uno en los charts, a favor de la carrera del cantautor canadiense. Es más que eso sin duda; es un regalo para todos los seguidores de músico, porque quieran o no, Neil Young, con sus casi setenta años, es un reconocido Midas de la guitarra y la armónica, lo que interprete siempre será una perla. 

El pasado año se anunciaba el lanzamiento de una nueva producción de Young, lo que llamó la atención de la prensa fue que el músico estaba en tratativas con Jack White, ex “White Stripes”; se anunciaba de esa manera lo singular del disco al que le dedicamos gratamente estos renglones. White había rescatado, implementado y puesto en uso una cabina de grabación de vinilo Voice o-Graph del cuarenta –artilugio que usaban familiares y amigos de los soldados que estaban en el frente para enviarles grabaciones de voz en discos descartables de acetato– localizado en la tienda de Third Man Records en Nashville, Tennessee.

Ya antes Neil Young versionó en dicha cabina «Needle of Death» de Bert Jansch (incluida en este álbum) el 20 de abril del pasado año con motivo del “Record Store Day” (Que se celebra cada tercer sábado de abril, y donde discográficas de todo el mundo apuestan por el romanticismo, y por qué no, etiquetar de vintage la música, lanzando ediciones limitadas, reediciones o inéditos en formatos desplazados normalmente por la tiranía digital).

«Hi Mom» es la frase que apertura el disco. “A Letter Home intro” son dos minutos –tiempo límite que permitían estas cabinas– donde el cantautor le cuenta a su fallecida mamá, Edna Ragland, sobre su nuevo amigo Jack Stripe y su cabina, sobre el clima, sobre cuanto se hace sentir su ausencia tanto de ella como de su padre, un emotivo mensaje que invita a sumergirse en el raspado del vinilo por los once temas que Young ha escogido para este trabajo. Se incluyen versiones de músicos como The Everly Brothers, Bob Dylan, Gordon Lightfoot, Willie Nelson y Bruce Springsteen por citar los más conocidos, con sus características voces, su guitarra y armónica, en ese reducido espacio de esa cabina de grabación que parece una cabina de teléfono. De aquí cabe resaltar su versión de “Needle of Death” de Ligthfoot, cuyo tema es el consumo de heroína que se abraza con su "The Needle and the Damage Done" incluida en el su álbum “Harvest” del 72, llevada al paroxismo en su versión desenchufada en 1993.

Este es un disco bruñido con la nostalgia de desear estar en casa. En esa casa levantada con sonidos de tocadisco. En el caso del casi septuagenario Neil Young, esta es una válida declaración de principios a la pureza de las grabaciones (en contraste a esa cruzada que tiene el cantautor de promocionar su nuevo formato digital “Pono” que conserva todo el espectro sonoro sin pérdida alguna). Sería redundante recordar que el encanto de la música del cantautor canadiense ha transmutado por variados géneros, desde el folk pasando por el country, flotando por el sonido ochentero hasta rockabilly, desde lo acústico hasta el ruidismo, sin dejar de lado ese máximo de decibelajes de riffs roqueros que influyeron a una gran cantidad de músicos en los noventa (si hasta Sonic Youth y Tom Yorke se han sentido influenciados). Es innegable su genialidad he invaluable su legado a la historia del rock, es incuestionable que su trayectoria se permita algunas licencias, como fue la grabación de este capricho, donde el músico prescindió de toda esa sofisticada parafernalia de una sala de grabación, para grabar en crudo, en una pequeña cabina, canciones que guardan para él particular significado, llenando de esa manera ese silencio que ha generado tanta música descartable. “A Letter Home” no es de lo mejor de Neil Young, pero es un disco que se deja oír, que se deja sentir.

Tracklist: 01. A Letter Home Intro [Neil Young] / 02. Changes [Phil Ochs] / 03. Girl from the North Country [Bob Dylan]  / 04. Needle of Death [Bert Jansch] / 05. Early Morning Rain [Gordon Lightfoot] / 06. Crazy [Willie Nelson] / 07. Reason to Believe [Tim Hardin] / 08. On the Road Again [Willie Nelson] / 09. If You Could Read My Mind [Gordon Lightfoot] / 10. Since I Met You Baby [Ivory Joe Hunter] / 11. My Hometown [Bruce Springsteen] / 12. I Wonder If I Care as Much [The Everly Brothers]